viernes, 26 de febrero de 2010

Amaría

Mujer hermosa
que das la vida por todos
sin pedir nada a cambio,
porfavor nunca olvides:
Da la vida por todos
Dala también por ti.

Muere de amor o muere de odio;
muerete
no me importa
pero convencida siempre
de por qué te has de morir.

Sigue tu camino,
el de las piedras verdes que tú ves azules,
sigue tu camino que,
como todo buen río,
acabará en el mar
donde las penas se lavan
con las olas
que se van
donde las penas vuelven
con las olas
que regresan.

Marca tu paso
segura, como un reloj.

Vete lejos
que las fronteras no existan para ti.
Aquí, solo en la sombra sin ti:
te extrañaré.
Como te pido que nunca olvides yo no te olvido
como te pido muchas cosas y tú sin pedir nada a cambio las das.

Nunca olvides, ser humano:
Estás hecha de lo que se hacen los sueños
que haces soñar a todos,
que no hay palabras que te expresen,
porque eres eso que está allí
y que es
y no es:
Inexplicable.
Eres más de mil imágenes,
ni los alemanes, que tienen palabras para todo,
tienen palbra para ti.
"Divina" podría decir
sin insultar a los dioses,
aunque eso significaría aceptar que existen
y darles crédito por ti:
Halagarlos y quitarte el honor que mereces
por, apesar de todo, ser quien eres.

Te pido también,
que cuando la vida nos vuelva a juntar
porque tú te has ido
porque el mundo es tuyo
y ha de rendirte tributo:
Yo no te reconozca.
Te pido en pocas palabras que no seas tú,
que, al volver, seas otra mujer:
Que hable otro idoma, que tenga otra cara, otra raza, de otro tiempo, de otra historia;
pero que en tu risa
se vea que estás viva
más viva que nunca
y más dispuesta a morir que siempre.




A María.

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